1.- Ir dando cera a la tarjeta de crédito para que deslice mejor a la hora de pagar.
2.- Entrenar el levantamiento del mayor número de bolsas de supermercado posible en cada mano mano sin que azuleen las yemas de los dedos mientras a la vez se intenta presionar el botón de llamada al ascensor con el codo
3.- Comenzar a comer más de lo normal para ir dando de si el estómago. Paralelamente desarrollar la capacidad de controlar el vómito a voluntad.
5.- Ensayar la percusión con el hombro al estilo de los defensas de futbol americano para abrirse paso en las aglomeraciones.
6.- Resolver un libro entero de "¿Dónde está Wally?" para poner a punto la agudeza visual que nos permitirá localizar aquello que buscamos en medio de la marea humana.
7.- Prevenir los tirones faciales comenzando a sonreir bobaliconamente de manera progresiva: una hora hoy, dos mañana, etc...
8.- Desarrollar la capacidad de replegar los pabellones auditivos para impedir que el campanilleo de los villancicos acabe destrozando nuestras meninges.
9.- Comenzar un curso de técnicas de autocontrol para no acabar saltándole al cuello en medio de un banquete a ese pariente idiota que todos hemos de sufrir.
10.- Autotrepanarse el cráneo hasta equiparar el propio coeficiente de inteligencia al de una miss de barrio.
Si todo lo anterior falla, comprar un pasaje para cualquier país en el que haga sol y no se celebre la navidad. Desaparecer hasta el día 7 de enero. Enviar postales para dar rabia a la familia.

No hay comentarios:
Publicar un comentario